DE COPLAS, COPLERAS Y COPLEROS
POEMA 1
Soy... esa hembra enamorada
que descansa en las alturas alucinadas de los Andes.
Soy... la
descendencia poética
del encuentro de conquistados y conquistadores.
Soy... esa simple
morenita
que se vuelve fuego en la voz de los cantores.
Soy... esa estrella
ancestral
que alumbra las almas con la luz de la esperanza.
Soy... ese grito de
una raza
que de tanta prepotencia aún no descansa.
Soy... ese instante
sagrado
donde la distancia y el tiempo se hermanan.
Soy... esa hembra
enamorada
que alguien alguna vez llamo COPLA AMERICANA.
se encuentran en la garganta del coplero,
mientras la pacha sube por el sentimiento
a la copla la trae el viento
rescatada de algún rincón del silencio.
En el instante en que sucede este encuentro
el coplero deja de ser un hombre
y se transforma en la voz del tiempo,
metamorfosis marrón que navega por sus huesos.
Y el canto sube hasta el verbo
acariciando su epicentro
para entregarse luego
al abismo sideral de la memoria,
que es donde reside el corazón
POEMA 3
Vengo desde el tiempo de la flor
traigo una canción en las manos
como semilla de esperanza
sembrada en el seno del amor.
Vengo desde el vértice mas austral
de esta nuestra América coplera
que renace de las cenizas del silencio
resucitando esa llama ancestral.
Vengo de un suspiro del dolor
de la fronda tropical y del cardón,
soy hijo de la humedad terrestre
y de la fecundidad de este valle cantor.
Vengo de lo mas profundo de un antigal
soy la caricia perdida del viento,
traigo como un ancho mar en mis pupilas
la soledad de la puna
y el dolor de la sal.
Vengo desde el alma de la tierra
donde los socavones de la angustia
fueron cruelmente despojados
de su mineralidad y de su decencia
Soy ese coplero Jujeño, hermanos,
el mismo que mientras nombra la vida
le va poblando los ocasos de existencia,
Soy ese coplero Jujeño, hermanos,
soy ese animal que se desangra en la copla,
soy un simple instrumento del tiempo.
ADRIAN TEMER - 2006